LUNES
ÁREA: PRÁCTICAS DEL LENGUAJE
PARA TEMBLAR DE MIEDO
¿CUÁL DE ESTAS IMÁGENES PUEDEN PERTENECER A UN RELATO DE MIEDO?
¿QUÉ ELEMENTOS O SITUACIONES DE LAS IMÁGENES ELEGIDAS RELACIONAS CON UNA SENSACIÓN DE MIEDO?
EN LOS CUENTOS DE TERROR:
AL PRINCIPIO DE LA HISTORIA TODO PARECE NORMAL. PERO DE PRONTO APARECE UN ELEMENTO QUE ASUSTA A LOS PERSONAJES Y TAMBIÉN AL LECTOR. ALGUNOS PERSONAJES TÍPICOS DE ESTOS CUENTOS SON LOS VAMPIROS, FANTASMAS, BRUJAS, MONSTRUOS Y ZOMBIS. TODOS ELLOS SE RELACIONAN CON EL MAL O CON EL MÁS ALLÁ. ESTAS HISTORIAS SUELEN DESARROLLARSE EN LUGARES MISTERIOSOS (CEMENTERIOS, CASAS ABANDONADAS, CASTILLOS, SÓTANOS), POR LA NOCHE Y EN UN CLIMA LLUVIOSO O CON NIEBLA. ESTAS CIRCUNSTANCIAS DAN SENSACIÓN DE DESPROTECCIÓN Y CONTRIBUYEN A PROVOCAR MIEDO EN EL LECTOR.
EL CUENTO QUE LEERÁN A CONTINUACIÓN ES LA HISTORIA DE UN AUTOR QUE ESCRIBE UN CUENTO DE TERROR. A MEDIDA QUE VAYAN LEYENDO, PRESTEN ATENCIÓN A LAS PARTES EN LAS QUE SE COMENTAN CARACTERÍSTICAS DE ESTE TIPO DE RELATO. EL CUENTO ES “UN HOMBRE SIN CABEZA” DE RICARDO MARIÑO.
Cuento: EL HOMBRE SIN CABEZA
El hombre, el escritor, solía trabajar hasta muy avanzada la noche.
Inmerso en el clima inquietante de sus propias fantasías escribía cuentos de terror. La vieja casona de aspecto o fantasmal en la que vivía le inspiraba historias en las que inocentes personas, distraídas en sus quehaceres, de pronto conocían el horror de enfrentar lo sobrenatural.
El cuento que aquella noche intentaba crear Luis Lotman, que así se llamaba el escritor, trataba sobre un muerto que, al cumplirse cien años de su fallecimiento, regresaba a la antigua casa donde había vivido o, mejor dicho, donde lo habían asesinado.
El muerto regresaba con un cometido: vengarse de quien lo había matado. ¿Cómo podía vengarse de quien también estaba muerto? El muerto del cuento se iba a vengar de un descendiente de su asesino.
La casa del escritor era un antiquísimo caserón heredado de un tío, hermano de su padre, muerto de un modo macabro hacía muchos años. Los parientes más viejos no se ponían de acuerdo en cómo había ocurrido el crimen, pero coincidían en un detalle: el cuerpo había sido encontrado en el sótano, sin cabeza.
De chico, el escritor había escuchado esa historia decenas de veces. Muchas noches de su infancia las había pasado despierto, aterrorizado, atento a los insignificantes ruidos de la casa. Sin duda, esa remota impresión influyó en el oficio que Lotman terminó adoptando de adulto.
Proyectada por la luz de las velas, la sombra de Lotman reflejada en las altas paredes parecía un monstruo informe que se moviera a los lentos compases de una danza fantasmal. Cuando Lotman se acercaba a las velas, su sombra se agrandaba ocupando la pared y el techo; pero la primera impresión era la de un cuerpo sin cabeza.
Anotó en su cuaderno ese incidente, que le pareció interesante: el protagonista camina alumbrándose con velas y, como algo premonitorio, observa que en su sombra falta la
cabeza. El personaje no se asusta, es solo un hecho curioso. No se asusta porque él desconoce que en minutos su destino tendrá relación con un hombre sin cabeza. Y no se asusta pensó Lotman, porque así se asustará más el lector.
Terminó de anotar esa idea, cerró el cuaderno y decidió bajar al sótano.
Los apolillados encastres de la escalera emitían aullidos a cada pie que él apoyaba. En un
año de vivir allí sólo una vez se había asomado al sótano, y no había permanecido en él más de dos minutos debido al sofocante olor a humedad, las telas de araña, la cantidad de objetos uniformados por una capa de polvo y la desagradable sensación de encierro que le provocaba el conjunto. Cien veces se había dicho: “Tengo que bajar al sótano a poner orden”. Pero jamás lo hacía.
Se detuvo en el medio del sótano y alzó el candelabro para distinguir mejor. Enseguida percibió el olor a humedad y decidió regresar a la escalera. Al girar, pateó involuntariamente el pie de un maniquí y, en su afán de tomarlo antes de que cayera, derribó una pila de cajones que le cerraron el paso hacia la escalera.
Ahogado, con una mueca de desesperación, intentó caminar por encima de las cosas, pero terminó trastabillando. Cayó sobre el sillón desfondado y con él se volteó el candelabro y las velas se apagaron.
Quien sabe cuánto tiempo le llevó dar con la escalera y con la puerta. Cuando al fin llegó a la salida, chorreando de transpiración, temblando de miedo, atinó a cerrar con llave la puerta que conducía al sótano. Pero su nerviosismo no le permitía acertar en la cerradura.
Corrió entonces hasta cada uno de los interruptores y encendió a manotazos todas las luces. Estaba visto que en la vida real él toleraba muchísimo menos que alguno de sus personajes capaces de explorar catacumbas en un cementerio.
Cuando por fin llegó al acogedor estudio donde escribía, se echó a llorar como un chico. Una gran taza de café hizo el milagro de reconfortarlo. Se sentó ante la computadora y escribió el cuento de un tirón.
Un muerto sin cabeza salía del cementerio en una espantosa noche de tormenta. Había “desesperado” de su muerte gracias a una profecía que le permitía llevar a cabo la deseada venganza pensada en los últimos instantes de su agonía: asesinar, cortándole la cabeza, a la descendencia, al hijo de quien había sido su asesino: su propio hermano.
Cuando el escritor puso el punto final a su cuento sintió el alivio típico de esos casos. Se dejó resbalar unos centímetros en el sillón, apoyó la cabeza en el respaldo y cerró los ojos. Ya había escrito el cuento que se había propuesto hacer. Dedicaría el día siguiente a pasear y a encontrarse con algún amigo a tomar un café.
Sin embargo, de pronto tuvo un extraño pensamiento…
Cobardía o desesperación, no se animaba a abrir los ojos y volverse para mirar. Todavía con los ojos cerrados, llegó a pensar que en realidad no necesitaba darse vuelta: delante tenía una ventana cuyo vidrio, con esa noche cerrada, funcionaba como un espejo perfecto. Pensó con terror que, si había alguien detrás de él, lo vería ni bien abriera los ojos.
Demoró una eternidad en abrirlos. Cuando lo hizo, en cierta forma vio lo que esperaba, aunque hubo un instante durante el cual se dijo que no podría ser cierto. Pero era indiscutible: “eso” que estaba reflejado en el vidrio de la ventana, lo que estaba detrás de él, era un hombre sin cabeza. Y lo que tenía a lado era un largo y filoso cuchillo…
FIN
ÁREA: CIENCIAS SOCIALES
LA MÁQUINA DE VAPOR
SU FUNCIONAMIENTO DIO ORIGEN A LA LOCOMOTORA DE VAPOR:
Aparece en Inglaterra durante “La Revolución Industrial” en el siglo XVIII. Fue un proceso de transformaciones sociales, económicas, tecnológicas y culturales. Cada vez había más avances tecnológicos que facilitaban el trabajo del hombre.
UNA REVOLUCIÓN es entendida como un intento por realizar un cambio radical en el sistema de gobierno imperante, también es vista como cualquier modificación en la economía, cultura, sociedad. Estas se manifiestan a través del uso de la fuerza y la infracción de las disposiciones constitucionales establecidas. Se llevan a cabo de acuerdo con sus líderes, en nombre de las fuerzas populares y generalmente bajo la bandera del progreso, libertad y la justicia social. Es la transformación profunda que supone una ruptura fundamental con el pasado. Puede ser repentina o rápida, pero con más frecuencia es un proceso largo.
LUGAR DONDE SURGIÓ LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL: INGLATERRA
También estaban las máquinas de las fábricas impulsadas por la fuerza del vapor que producían artículos de una forma más barata por lo tanto las personas tenían acceso a más productos.
En la producción de alimentos, se incorporaron las maquinarias por lo tanto las personas que trabajaban en el campo fueron trasladados a las ciudades.
Comenzaron a trabajar en las fábricas en donde realizaban sus tareas de una forma más rápida. Pero sus derechos no eran respetados: trabajaban más de 8 horas que es lo que corresponde actualmente, los lugares de trabajo no estaban en buenas condiciones, no había tiempo de ocio, para descansar, divertirse o jugar.
Los niños no iban a la escuela porque debían trabajar en las fábricas.
Actualmente los niños tienen derechos y deben ser respetados. A continuación, se nombrarán algunos:
Fecha:
A PARTIR DE LA INFORMACIÓN COMPARTIDA:
RESPONDER:
¿A QUÉ TRANSPORTE DIO ORIGEN LA MÁQUINA DE VAPOR? NOMBRAR EL PROCESO HISTÓRICO EN EL CUAL SURGE.
EXPLICAR CON TUS PALABRAS QUÉ ENTENDISTE DE LA PALABRA “REVOLUCIÓN”.
¿EN QUÉ LUGAR SURGIÓ LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL?
¿DÓNDE TRABAJABAN LAS PERSONAS QUE LLEGABAN A LAS CIUDADES DESDE LOS CAMPOS?
¿CUÁLES ERAN LAS CONDICIONES DE VIDA DE ESTOS TRABAJADORES?
UNA DE LAS CONDICIONES DE ESTE TRABAJO ERA ACEPTAR A NIÑOS EN LAS FÁBRICAS. ¿QUÉ PIENSAS AL RESPECTO? ¿LOS NIÑOS DEBEN TRABAJAR?
NOMBRAR LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS. DIBUJAR.
IMAGINAR Y ESCRIBIR UN DIÁLOGO POR WHATSAPP ENTRE VOS Y UN NIÑO OBRERO DE LAS FÁBRICAS. EN EL DIÁLOGO SE PUEDEN INCLUIR PREGUNTAS EN RELACIÓN A CÓMO SE SIENTEN, A QUÉ JUEGAN, CÓMO SE LLAMAN, ETC.
SI FUERAS UN TRABAJADOR FABRIL EN LA ÉPOCA DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL QUÉ CLASE DE RECLAMO CREES QUE LE HARÍAS AL DUEÑO DE LA FÁBRICA.
ÁREA: PLÁSTICA
-Hoja-1de2-
EDUCACIÓN ARTÍSTICA- ARTES VISUALES
GRADO.- 5º A -
DOCENTE- GABRIELA SALGADO
-EXTENSION- COMO HACER CRECER LAS FORMAS-
-ACTIVIDAD –Nº17-
EXTENSION- COMO HACER CRECER AS FORMAS
-DIBUJAMOS UNA FIGURA GEOMÉTRICA EN EL CENTRO DE LA HOJA LA QUE
MAS TE GUSTE UN CIRCULO, UN TRIANGULO, UN CUADRADO, UN
RECTANGULO, UN ROMBO, ETC.
- LUEGO VAMOS DIBUJANDO A SU ALREDEDOR HASTA HACERLA CRECER
TANTO QUE PUEDE EXCEDER LOS LIMITES DE LA HOJA.
- PINTAMOS CON TODOS LOS COLORES QUE MAS NOS GUSTEN PODEMOS
UTILIZAR TEMPERAS, MARCADORES DE COLOR, RESALTADORES, ETC.
-ACTIVIDAD –Nº18-
HACEMOS CRECER- NUESTRAS PROPIAS CREACIONES-
- AHORA QUE YA APRENDIMOS LA TECNICA LA APLICAMOS A NUESTRAS
CREACIONES.
- DIBUJAMOS EN EL CENTRO DE UNA HOJA BLANCA UNA FORMA CREADA
POR NOSOTROS QUE NO SEA UNA FORMA GEOMETRICA. ( POR EJEMPLO:
UN PERSONAJE, UNA FLOR, UNA MASCOTA, ETC)
- PINTAMOS CON TODOS LOS COLORES QUE MAS NOS GUSTEN PODEMOS
UTILIZAR TEMPERAS, MARCADORES DE COLOR, RESALTADORES, ETC.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario